
Nunca olvidaré a un instructor del gym que me dijo esto un día que estaba yo entrenando un viernes en la tarde.
Vamos a ponernos mamados, como debe ser. Asi es, hay que ponernos mamados. Ponerse mamado debería ser como comer, pero la gente no lo ve así. Si asi fuera todos estarían mamados. Y no, se van al “juebebes”, a comer comida que engorda, a perder el tiempo o a llorar porque «me dejó» o porque «ya no me quiere». Mientras tanto, usted y yo estamos aquí, poniéndonos mamados. Eso sí, el sábado podemos reunirnos y hablar de todas esas cosas. Pero ya, mamados.
Deja una respuesta