Yo tenía 13 o 14 años y me invitaron a una fiesta. Mejor dicho, una reunión de pubertos y pubertas. La reunión no particularmente diferente o especial, comparada con otras reuniones a las que asistí en aquellos tiempos: nos la pasamos jugando a la botella, criticando a los compañeros de escuela y tal vez bailando.
Sin embargo, hubo un hecho que hizo memorable la fiesta: la única canción que se escuchó durante las 2 o 3 horas que duró la reunión fue Born to be alive. Sí, la pasamos 2 horas oyendo Born to be alive.
La grabaron una vez tras otra, y luego de nuevo, hasta que terminaba el cassette. Y al darle vuelta al cassette, ahí estaba de nuevo, Born to be alive. Y cuando se terminó de los dos lados, de nuevo reprodujeron el cassette, completo.
Mi tributo a aquella reunión inolvidable y traumática es este video de Adolfo Hitler interpretando Born to be alive
Yo estuve en esa fiesta. La recuerdo bien. No recuerdo haberte visto ahí. 🙂
Curiosamente me recordó una anécdota similar, en que un grupo de amigos fuimos a acampar en la playa, y del estereo de la mini-pickup en que fuimos, toda la noche tocó «The Logical Song», de Supertramp. Todavía vibran mis tímpanos con esa canción.