Esta es la prueba de mi visita a la Feria de San Marcos
Si tienes las suficientes agallas, sigue el link anterior. Aparezco disfrazado de revolucionario, acompañado de mi papá Don Pepe, de mi amigo Luis Fernando y de nuestras soldaderas de cabecera, Mónica y Lorena.
Aproveché para beber un poco y recordar pasadas glorias, como la de 1990 cuando, viviendo en Aguascalientes, sólo dejé de asistir un día a la Feria. En aquellos días, acostumbraba ir diariamente a la feria, acompañado de hombres, mujeres y demonios de todo tipo de pelaje, calaña y pezuña.
En la actualidad, mi avanzada edad me obliga a evitar los excesos, sobre todo por las horribles crudas y retorcijones que llego a padecer después de ingerir bebidas embriagantes.
Lo que no evité fue mi acostumbrada degustacion de birria, que no dejo de probar siempre que visito Aguascalienes. Como siempre, traté de intensificar el disfrute aguantando unos segundos antes de arremeter sobre el plato. Pero esta vez, despues de cinco años sin birria, estuve a punto de regurgitar sobre esta, cual mosca.