Ni tan mutante
De repente se pierde la inspiración y escribir es casi una tarea titánica. Yo solía escribir interminables pliegos en aquellos lejanos tiempos en que no vivía pegado a una computadora, en un año pseudo sabático que tuve entre la universidad y mi primer empleo de verdad, hace ya once años cuando entré a Texas Instruments en Aguascalientes. Desde entonces no he dejado de usar sistemas de email y procesadores de texto, desde aquel primitivo y eficiente Word 1.0 y 2.0.
Prácticamente todo lo escribo en computadora, ante la supuesta ventaja de editar y corregir el texto al vuelo. Pero cuando realmente necesito inspiración para escribir un artículo, he comprobado que, al menos en mi caso, lo mejor es tomar papel y lápiz, y comenzar a escribir un párrafo. Algo pasa que llega la inspiración y prácticamente todo el texto surge completo, quién sabe de dónde. En ocasiones es tan claro, que simplemente me paro y lo escribo en la computadora. Otras veces, cuando no es tan urgente, mejor disfruto y sigo generando mis garabatos en el papel.